miércoles, 4 de noviembre de 2015

Carta Abierta de Arquitectura Sin Fronteras de apoyo a la población refugiada


Compartimos la Carta Abierta redactada por l@s compañer@s de ASF-Galicia:


En Arquitectura Sin Fronteras tenemos, desde nuestra posición, la oportunidad y el privilegio de unirnos al mensaje de la ciudadanía y adherirnos así a todas las voces que, rechazando el inmovilismo irresponsable de nuestros gobiernos, exigen una respuesta humana y competente a esta situación. Durante los últimos años estamos asistiendo al retrato insoportable del éxodo de miles de familias. Todas estas imágenes se convierten, cada día, en el testimonio incómodo y vergonzante del fracaso de una sociedad.

EFE: Campo de refugiados sirios en Jordania
Regatear con números es inadmisible. No somos políticos, sabemos que la verdadera solución pasa por parar la guerra que les ha expulsado de su tierra. A nosotros nos corresponde ser un altavoz a través de la incidencia política y adoptar un papel estratégico en las mesas de trabajo para garantizar los derechos fundamentales de todas estas familias. El refugio es la primera instancia de la habitabilidad y como tal nos concierne. Tenemos la responsabilidad de coordinar nuestras capacidades con los organismos públicos y las entidades sociales que están poniéndose en marcha. Por este motivo, más que nunca, aunar esfuerzos y competencias resulta imprescindible. De nada sirve actuar movidos por el sentimentalismo. Las acciones que se lleven a cabo deben tener un carácter integral y encaminarse a resolver todas las cuestiones que afectan, no sólo a la habitabilidad de estas familias, si no a garantizar su acceso a la educación, a la sanidad y la integración en el mercado laboral en el corto y medio plazo dentro de las estructuras de los países de acogida.

Somos conscientes de que la gravedad de la situación durante los últimos meses ha supuesto un revulsivo para toda la sociedad. Pero no debemos olvidar que actualmente existen miles de personas inmigrantes en nuestro país, procedentes de Siria o de otros países, que llevan años sin ver reconocidos sus derechos más básicos y que ahora no pueden quedarse fuera de las acciones sociales que se lleven a cabo. No creemos en ponerle sufijos a la palabra emigrante. En nuestro mismo nombre viene implícito que entendemos el derecho a un hábitat digno, y por tanto al refugio, como un tema no delimitado por la geografía, la política o las fronteras. Inmigrantes o refugiados, abandonemos los debates semánticos y comencemos a trabajar con las personas.  Para ello es fundamental no caer en el cortoplacismo adoptando medidas de emergencia que a duras penas servirán como paliativo al problema real. El mundo se agita ajeno a las agendas de los países y toda la estructura de acogida que construyamos a partir de este momento debe tener un carácter perentorio y perdurable. Sus vidas continúan aún lejos de sus hogares y es nuestro deber procurar que la herida abierta en la existencia de estas personas no se convierta en un abismo.

Para actualizar  la información a día de hoy os dejamos este enlace a un recién artículo de Desalambre delDiario.es

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