Mercado de La
Cebada:
Un recién artículo publicado en El País nos vuelve a recordar una de las principales dificultades
“normativas” que han surgido con las modificaciones al Plan General propuestas
por el Ayuntamiento en 2011 y 2012. Para reavivar rápidamente la memoria sobre
el tema y sin entrar en muchos detalles (que podéis encontrar en el mismo artículo):
las modificaciones más recientes al proyecto inicial, aprobado en 2008 proponen un cambio de uso (del actual uso dotacional de
servicios colectivos, en su clase de
servicios públicos y categoría de abastecimiento alimentario previsto por
el PGOU y por el proyecto de 2008, por el de
servicios terciarios en su clase comercial y categoría de gran superficie
comercial) y un aumento de edificabilidad destinada a uso terciario
lucrativo.
Ahora bien, para que todo esto cumpla los estándares dotacionales hay
que destinar una proporcional superficie a zona verde (uso verde básico). La dificultad de
encontrar esta zona verde dentro del ámbito de actuación llevó el Ayuntamiento,
según los contenidos de la MPG.01.335
de 2011/12, a destinar 8.075
m2 de zonas verdes repartidos entre 3.215 m2 a nivel de calle
(que de verde tienen poco, se trataría
de la calle peatonalizada en la parte meridional de la plaza y de la plaza
central entre los dos nuevos edificios) y 4.860 m2 localizadas en la
cubierta del nuevo edificio, inventándose así un “jardín público” a 22 m de altura, calificándola
de zona verde.
La azotea “verde publico” en un infografia de 2012
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Para el consistorio el escollo normativo se consideraba así finiquitado;
las numerosas alegaciones presentadas, que criticaban la solución
propuesta, fueran en su momento desestimadas por el Ayuntamiento. Pero como todo
el proceso tiene que terminar con la aprobación de la Comunidad de Madrid,
ahora parece que es la misma Comunidad que considera que la “azotea verde” no
puede ser calificada de zona verde y así saltarse “hábilmente” las normas. Pues,
bien…¡aparentemente! De hecho la Ley
regional del Suelo permite buscar estos “metros cuadrados” de verde dotacional,
en caso de que no sea posible en el mismo ámbito, fuera de él, creando un ámbito
discontinuo; finalemente es esta la opción que se está desarrollando por
parte de la dos administraciones y que cerraría definitivamente desde el punto
de vista estrictamente legal el problema (al margen de no saber todavía donde
aparecerán estos más de 4000
m2 de verde).
Solución legalista, pero en nuestra modesta opinión, totalmente
equivocada porque no resuelve el problema de fondo; una zona histórica tan densa se
quedaría con más de 13.500
m2 construidos (al margen de desaparecer el comercio
tradicional del Mercado Municipal substituido por un Centro Comercial privado),
un considerable aumento del tráfico rodado y más de 300 plazas de aparcamiento
con todo lo que conlleva de impacto ambiental…¡y sin sus legítimos
metros cuadrados de zona verde! Es importante aclarar que el problema no son las "cubiertas verdes", que pueden ser una interesante solución
ecológica, pero si el hecho de que en ningún caso pueden sustituir espacios reales de verde público a pie de calle, accesibles libremente y con efectos favorables que se extienden sobre las calles circundantes.
Es probable que en los próximos meses, con el aproximarse de
las elecciones municipales, asistamos a una aceleración del proceso y
hasta a la aparición de alguna excavadora; aun así desde ASF-GT Mercados
seguimos defendiendo lo que expresamos en el no.concurso 3enCebada: rehabilitar el
Mercado actual, manteniendo su función de mercado municipal barrial enriqueciéndolo con nuevos uso compatibles, buscar una solución sobria y digna
para la piscina-polideportivo derribada en 2009 y dar continuidad al proyecto
autogestionado Campo de la
Cebada de forma concertada con los vecinos del barrios.
Mercado de Barceló:
Hace poco también a través de la prensa supimos que el nuevo
"centro polivalente Barceló" ha conllevado un coste total de más de 60 millones de euros, todos salidos de las arcas publicas, ya que la opción inicial publico-privadas no se llegó a concretar. Abrirá probablemente en
junio, previsiblemente con muy pocos o ninguno de los antiguos comerciantes
debido a que el aumento de los alquileres de los puestos y los coste de mantenimiento
del “faraónico” edificio serán seguramente considerables teniendo en cuenta,
entre otras muchas cosas, que la extensa fachada en u-glass (unas “tiras” de cristal) ya empieza a dar algún problemilla. Así nada o
muy poco quedará de un mercado de barrio,
en la línea del cercano mercado de San Antón.
Por otro lado el
pasado domingo asistimos a una interesante charla del colectivo vecinal “Vecinos Haciendo Jardines”
y pudimos saber algo más sobre el futuro del actual mercado provisional y las
perspectivas vecinales de ver cumplir las promesas del consistorio de restablecer
los desaparecidos Jardines del Arquitecto Ribera, después del desmontaje del
mercado provisional. De momento, gracias a la lucha vecinal, al Ayuntamiento
parece disponible a cumplir las promesas, a pesar de algún intento en sentido contrario que obviamente mantiene los vecinos en una posición de
atenta “vigilancia”. Recordamos que, gracias a las luchas vecinales, ya se
modificó en su momento el proyecto inicial con la sustitución de un
bloque de viviendas de siete plantas que estaba previsto contruir por una nueva bibliotecas de dos plantas anexa
al colegio Isabel la
Católica.
Si nadie en la charla era optimista al respecto de volver a
tener un verdadero mercado municipal enfocado a las necesidades de los vecinos
del barrio (que sigue así en su proceso de lenta pero continua
gentrificación) uno de los temas importante al respecto es la futura gestión de
estos equipamientos públicos, y los cambios que se está dando hacia una
“privatización” encubierta o, según el léxico actual, externalizando…Algo que
es ya realidad en los polideportivos municipales y que, en el caso de los
mercados, nos lleva a la ultima parte de este post...
Mercado de San Enrique:
El año pasado el Ayuntamiento ha renovado la concesión a 4
mercados municipales: Vicálvaro, San Enrique, Numancia y Orcasitas; aparte de la
“sospecha que los pliegos de los concursos en dichos espacios comerciales de titularidad pública «se confeccionan a la carta»” hay que subrayar que por primera vez unos mercados municipales ya no van a ser gestionados por la Asociación de Comerciantes,
tradicional concesionario de este servicio público, sino por unas empresas
privadas “aun que estas no tengan experiencia en el sector, ni relación alguna con el comercio minorista ni la distribución comercial”. Este es el caso tanto del mercado de
Numancia que del de San Enrique donde la empresa ganadora es
la misma, Global Arrakis, una sociedad limitada unipersonal recién formada (en
el caso de San Enrique en U.T.E. con Ferbocar Construcciones, S.A) de la cual
nada se sabe. Una decisión que perjudica los tenderos en la capacidad de tomar
decisiones y controlar los alquileres y que, al revés, subordina la gestión de este servicio público
a los beneficio económicos de un empresa privada sin ninguna relación con el
mercado, que pasa así a ser un activo económico como otro
cualquiera. Neoliberalismo sin escrúpulos.
En el caso del mercado de San Enrique los efectos negativos
ya se han visto sea en el alza de los alquileres de los puestos sea también en la expulsión de la Asociación de Vecinos Cuatro Caminos-Tetuán, (y del Banco deAlimentos de Tetuán) que desde hace 38 años tenía ahí su sede y que arrendaba
sus locales a la anterior adjudicataria del mercado, la Asociación de
Comerciantes. En el caso del mercado de Numancia el aumento de alquileres
decidido por el nuevo concesionario también ha conllevado al cierre de
numerosos puestos y el abandono por
parte de la mediana superficie instalada en la primera planta, alquilada
actualmente a un bazar chino.
Recordamos que el mercado de San Enrique se ha beneficiado
del Plan de Modernización con una fuerte inversión en parte sufragada por el Ayuntamiento y la Comunidad; la introducción
de un Mercadona (que ha costeado parte de las obras) no parece haber
tenido efectos muy positivos. De hecho el supermercado, que vende todo tipo de
productos, incluyendo perecederos como carnes, pescados y vegetales, localizado
en planta baja y accesible prácticamente de forma autónoma respecto al mercado,
parece haber sido el único beneficiario de la operación. Un
estrategia, la de introducir medianas superficies en los Mercados Municipales,
que ha sido
vendida por el consistorio como panacea para la revitalización de los mercados y
que, en la práctica, no siempre ha resultado efectiva para los mercaderes y el
comercio tradicional. Y además ahora, con la “encubierta” privatización de la
concesión, el resultado será que la ingente inversión de dinero público para la
rehabilitación del edificio terminará una vez más favoreciendo meros
beneficios privados.
Banco de Alimentos 15M Tetuán |
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